jueves, 20 de octubre de 2016

EL FALSO “LEGALISMO” DE ROBARLE EL PAN A LAS VIUDAS. Respecto al régimen del Decreto Ley Nº 20530 o Cédula Viva de febrero de 1974


Según los manuales de economía forman parte de la población económicamente activa las personas que trabajan y por tanto ni los menores de edad, ni los ancianos. Dentro de esa categoría de personas que el Estado debe proteger en sus derechos fundamentales se encuentran también las personas jubiladas y sus sobrevivientes: viudas e hijos. Que bueno que se haya encontrado a una categoría de 24 personas que no debería haberse acogido a la Ley 20530, sin embargo un estado democrático como el estado peruano no debería tratar de subsanar un error legal de hace casi dos décadas, vulnerando los derechos fundamentales de un grupo de ciudadanos indefensos como lo son las viudas. Estas son personas de edad avanzada o hijos que no se encuentran en la capacidad de trabajar.

Este revisionismo legalista apunta a castigar a justos por pecadores. Que bueno que se intente subsanar y corregir errores, siempre y cuando no olvidemos que el fin último de las leyes no es la ley en sí misma, si no la persona humana. También nuestra Constitución política tiene como fin supremo a la persona. Es bueno que las normas se revisen y mejoren en el tiempo y es bueno que se castigue a quienes intentan manipular  las leyes, sin embargo castigar a las viudas reduciéndoles lo que para ellas es un derecho adquirido, el pago de sus obligaciones mensuales es injusto y abusivo.  Es curioso que este revisionismo legalista no se haya llevado a cabo inmediatamente y solo se discuta y se haga en momentos preliminares a las elecciones. ¿En qué país democrático del mundo se modifica o siquiera se toca la pensión de una persona viuda una vez que la administración ya ha comenzado a distribuirle sus beneficios mensuales o peor aun, después que la persona de edad avanzada, con dificultades para movilizarse o mudarse ya adquirió gastos y responsabilidades fijas?  En sociedades realmente democráticas, esto sería un escandalo y seguramente la opinión publica no lo permitiría, sin  embargo en el Perú ésta es la segunda o tercera vez que a las viudas de los congresistas acogidas a la Ley 20530, el Estado les reduce su pensión de sobrevivientes. Estos cambios repentinos acaecidos durante el segundo gobierno de Alan García en el Perú (2006-2011) y no corregidos hasta el momento, han resultado en una reducción de más del 50% en relación a la pensión que recibía este grupo de personas hasta julio de 2004. Asombroso pero cierto, teniendo en cuenta que gracias a otra ley abusiva, las pensiones de las viudas en sí solo equivalen al 50% de lo que el ex-congresista recibía como pensión de jubilado estando vivo. Esto tomando en consideración  que no corren la misma mala suerte las viudas de los funcionarios de altos cargos en el Ejército.
¿A quienes busca impresionar el revisionismo de este Decreto ley?. ¿A quienes protegen nuestros legisladores si son capaces de  desproteger al indefenso, vulnerarlo en sus derechos fundamentales, quitarle el pan de la boca, la posibilidad de solventar de manera digna su salud y su vejez,  so pretexto de un error administrativo o político que jamás estuvo bajo el control de los ahora afectados?


Podríamos hablar de abuso de poder en contra del indefenso, de discriminación y de falta de respeto a los derechos humanos. Lo cierto es que hay un centenar de jubilados y viudas de jubilados del Congreso de la República los cuales no pueden seguir solventando un juicio injusto que ya lleva más de nueve años de proceso en los pasillos de Palacio. La pregunta que nos hacemos ahora es si Dios hará o no sentir su voz a través del nuevo Defensor del pueblo.

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