martes, 26 de febrero de 2013

La libertad de injuriar en la prensa y el juicio de Rafael Correa contra los directivos del diario ´´El Universal´´

Escribe: Rocío Valencia H.


De Haya de la Torre quien practicó el periodismo a nivel internacional aprendimos que ´´no hay información que valga si no está debidamente probada´´ y de plumas magistrales como fueron las de Manuel Seoane, Luis A. Sánchez y Andrés Townsend que engalanaron al periodismo nacional con su ejemplar trabajo periodístico que el límite a la libertad de expresión es el respeto a la honra y al buen nombre de las personas.


Presidente de Ecuador, Rafael Correa


Este sábado 16 de febrero fue ratificada la sentencia personal contra tres directivos y un periodista del diario ´´El Universal´´ en Quito por el delito de haber injuriado al actual presidente de Ecuador, Rafael Correa calificándolo de ´´asesino de lesa humanidad´´ en una columna de febrero del 2011. Los directivos del diario se negaron en todo momento a ejercer su derecho a la rectificación de la publicación lo cual los hubiera librado del juicio y de la sentencia. El mandatario indicó en su habitual enlace radiotelevisado que no es agradable pedir prisión para alguien; sin embargo señaló que la culpa es de los acusados que además de mentir, jamás contemplaron la posibilidad de rectificarse. El gobernante aseguró que, como demandante, tiene capacidad legal de perdonar la condena; una decisión que no tomaría hasta hablarlo ´´con serenidad´´ con su círculo más cercano en busca de lo mejor para su ´´proyecto político, la democracia y el país´´ (EFE)


Desde que el periodismo es normado por la ley existe en toda democracia el denominado ´´derecho a la rectificación´´ por parte del emisor, en este caso el diario ´´El Universo´´ de Ecuador. De modo que si un medio de comunicación o una persona física ha vertido expresiones infelices de las que luego desea retractarse o que simplemente desea retirar por razones éticas, políticas o jurídicas, el medio de comunicación o persona en cuestión tiene la posibilidad de ejercer este derecho publicando una rectificación en el mismo espacio donde la información fue publicada.


¿Pero cual es la razón de la indignación del actual presidente ecuatoriano? En su edición de febrero del 2011, el diario ´´El Universo´´ llama a Rafael Correa ´´asesino de lesa humanidad´´, insinuando que Correa podría ser enjuiciado ´´por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente´´ durante la intentona del 30 de septiembre de 2010.


Como consecuencia de estas graves acusaciones el primer mandatario ecuatoriano demanda a título personal a los directivos del diario El Universo, a los hermanos Carlos, Cesar y Nicolás Pérez y al editor, Emilio Palacio quien escribió el virulento artículo. Durante el juicio el periodista Emilio Palacio insiste en calificar de ´´asesino´´ al mandatario, pero es incapaz de probar sus aseveraciones y basa su defensa en un supuesto derecho irestricto a la libertad de expresión. El 23 de setiembre del presente la Corte Nacional de Justicia suprema ecuatoriana condena a tres años de prisión y a pagar la suma de treinta millones de dólares en reparaciones a los tres directivos del diario y 10 millones más a la compañía anónima El Universo. Los abogados de la parte acusada interponen recurso de casación pero la sentencia es ratificada este último 16 de febrero en medio de acusaciones de supuestas irregularidades por parte de los abogados de los hermanos Pérez.


Como reacción a esta sentencia, Carlos Pérez director del diario El Universo ha pedido asilo político en la embajada de Panamá, mientras los otros dos directivos del diario y Emilio Palacio, autor del controvertido artículo ya se encuentran en la ciudad de Miami. Desde el mes de octubre del año pasado sus abogados defensores han presentado una solicitud de medidas cautelares que evitaría la ejecución de la condena a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA en Washington D.C. Este proceso seguirá su curso siempre que el presidente ecuatoriano acceda a facilitar la información del caso.


Un caso como el de los periodistas del diario El Universal es inédito en la historia del periodismo latinoamericano. Un presidente que enjuicia a los directivos de un diario y que como era de esperarse gana el juicio. El director de un diario que prefiere ser condenado, prefiere exponerse a ser llevado a prisión y prefiere pedir asilo en un país vecino y abandonar su patria, antes que pedir una disculpa y rectificar las acusaciones vertidas por uno de los periodistas de su diario.


Emilio Palacio con su abogada


La opinión pública podría plantearse varias hipótesis, por ejemplo qué cosa es peor: ¿acusar a un señor presidente de asesino basándose en simples hipótesis y opiniones o utilizar y abusar del poder político que confiere el cargo de presidente de un país para castigar a los representantes de un medio de comunicación privado enemigo al gobierno con multas millonarias que difícilmente podrán pagar?. ¿Qué es peor abusar de la libre expresión sin ninguna clase de consideraciones éticas y deontológicas, manchar impunemente la honra de funcionarios públicos que tienen hijos y familia o hacer uso y abuso del poder desde el cargo de Presidente para influenciar mediática y sicológicamente a la opinión publica. Y tal vez también a los representantes del poder judicial?.

El presidente Correa ha declarado que no está contento de enviar a prisión a nadie pero que ´´esto ha sido por la verdadera libertad de expresión, por el verdadero estado de derecho´´ y ´´por la verdadera democracia y, sobretodo, por tanto ofendido por los abusos de la prensa´´. En otras palabras no coincide con quienes piensan que su demanda es un atropello contra la tan mentada libertad de expresión, sino todo lo contrario la entiende como una defensa de la verdadera libertad de expresión y protesta contra ´´ciertos medios corruptos´´ diciendo que ´´creen que porque son privados pueden jugar con el honor, con la reputación de las personas, con nuestras familias, con nuestra dignidad, con nuestra vida´´. Así pues, quienes ejercemos el periodismo nos preguntamos: ¿cuál es el equilibrio entre una libertad de expresión que se permite acusar sin pruebas y un gobierno que es capaz de llevar a los tribunales y enjuiciar a los periodistas que se permitan hacerlo?