domingo, 7 de febrero de 2021

Vida y leyenda de las rondas de Ayacucho

 

Por Alberto Valencia Cárdenas (*)


Ayacucho es un pueblo heroico y mártir. Allí se desató, el 18 de abril de 1980, en el pueblo de Chuschi, provincia de Cangallo, la ola de sangre mas violenta que ha sufrido la historia del Perú. Cincuenta mil muertos, mil millones de soles en perdidas, un retroceso brutal de nuestra economía, la masiva emigración de nuestros mejores muchachos al extranjero, el despoblamiento del campo y el crecimiento indefinible de los cinturones de miseria en las grandes ciudades, así como el desaliento general, la desnutrición y el analfabetismo han sido, hasta ahora, el saldo irreparable de veinte años de guerra.

 

Esta guerra -que ha sido una de las mas salvajes del mundo- fue planificada hasta en sus últimos detalles por un mediocre intelectual arequipeño llamado Abimael Guzmán Reynoso quien inoculó en la mente de sus escasos seguidores, todos comunistas y alumnos suyos, la mesiánica idea que había nacido en el Perú el más grande revolucionario del siglo, el sol rojo, la Cuarta Espada del Marxismo (teniendo en consideración que los grandes líderes mundiales son Marx, Lenin, Mao y Abimael Guzmán Reynoso, el Presidente Gonzalo.

 

Esta alocada doctrina consiguió confundir las mentes de muchos jóvenes izquierdistas, eventualmente, bien intencionados. Según Guzmán la revolución mundial debería tener como escenario el Perú porque aquí se había logrado la interpretación más avanzada y cabal de las leyes de la Ciencia de la Transformación Social llamada Materialismo Histórico . Además así lo imponían las condiciones objetivas de hambre y abandono de las masas peruanas y el subdesarrollo de la economía nacional.

 

Por otro lado, Guzmán predicaba que la revolución mundial (léase senderista) tendría un costo muy grande en sacrificio y en sangre. Gustavo Gorriti que es autor del más lúcido estudio que se ha escrito sobre Sendero dice que “la revolución que propiciaba Guzmán debía atravesar un río de sangre”. Por tanto, todo estaba permitido en la guerra de Guzmán : los asesinatos, las masacres, el genocidio, las horribles decapitaciones, la destrucción de miles de fábricas, el derribamiento masivo de torres eléctricas, puentes dinamitados, coches-bombas y apagones generalizados. Todo según Guzmán, constituía el sacrificio que debía pagar el pueblo peruano por el alumbramiento de la nueva era comunista que instauraría el Presidente Gonzalo.

Para Abimael Guzmán, así como para sus seguidores, no sería posible una revolución sin atravesar el río de sangre. Esta fue la esquizofrénica teoría por la que fueron masacrados en Ayacucho miles de dirigentes politicos, sindicales y campesinos que se negaron a formar parte de la alocada aventura del llamado “nuevo poder”.

 

Quisiera señalar que el presente trabajo sólo se refiere a Ayacucho por que es allí donde he nacido. Yo sé que otros departamentos han sufrido igual que mi tierra el azote del terrorismo pero yo no me he dedicado a estudiarlos por que con el dolor de mi terruño tengo suficiente.

 

1.SENDERO Y LAS ONGs

 

Nadie ha publicado, hasta ahora, la historia completa de la guerra de Sendero.

Los historiadores se encuentran en deuda con el Perú. Gorriti también, ya que nos ofreció una segunda parte de su estupendo libro que nunca ha llegado a las librerías.

 

Tampoco se ha estudiado con seriedad su etiología, es decir, sus orígenes, las causas que hicieron posible el brote del terrorismo en nuestra patria. Los sociólogos, los antropólogos, los analistas le deben, pues, al Perú una explicación coherente racional. Ni los politólogos, ni los senderólogos han podido iluminar los últimos veinte y cinco años del siglo XX que son los más violentos de la historia peruana.

 

Según el Dr.Omar Quesada, Presidente de la Región de Ayacucho (2003-2007), lo único que han hecho los estudiosos del senderismo es recolectar enormes sumas de dinero en todo el mundo a través de las llamadas ONGs (organismos no gubernamentales) para estudiar la violencia senderista y combatir el narcotráfico. Todo éste dinero que alcanza millones de dólares, se ha quedado en los bolsillos de los recolectores, agrega el fogoso dirigente aprista. Actualmente existen en Ayacucho, cerca de 200 ONGs.

 

El ing. Victor Córdova Cueto que fue líder de Cooperación Popular en la Zona conflictiva del Valle del río Apurimac, dice que las ONGs ayacuchanas han captado, en los últimos cinco años, cincuenta millones de dólares con el pretexto de combatir el narcotráfico y el terrorismo. Pero de ése dinero no ha llegado ni un centavo a los campesinos.

 

Si la parlamentaria ayacuchana Celina Palomino Sulca (que denunció las estafas de las ONGs en Ayacucho) hubiese estado mejor asesorada seguramente hubiese producido una hecatombe en el coto cerrado de los antropólogos y sociólogos comunistas que -desde hace muchos años- viven y profitan de la cooperación internacional. Las decenas de instituciones extranjeras que solventan a las ONGs habrían pedido mayor información, habrían retirado sus ayudas o, por lo menos, hubiesen dispuesto una mayor fiscalización de sus fondos. Lamentablemente eso no ha ocurrido porque a la parlamentaria ayacuchana, le ha faltado peso político y fuerza argumental.

 

"Ya no es un secreto" ha dicho, sin embargo, Celina Palomino- que los dueños y los empleados de las doscientas ONGs ayacuchanas siempre se han quedado, a lo largo de los años, con la totalidad de la ayuda que recolectan. Las ONGs sirven solamente para enriquecer a los funcionarios nacionales e internacionales que trabajan en ellas. Nunca el pueblo ayacuchano ha recibido un centavo.

 

Por otro lado, Aquilino Navarro, dirigente de las DECAS (Defensa Civil Antisubversiva) del río Apurímac y varias veces alcalde de Palmapanipa agrega:

 

"Tengo entendido que son más de cincuenta las organizaciones no gubernamentales que dicen laborar en el valle del río Apurímac. Ellas han recolectado en el año 2002 cerca de medio millón de dólares para implementar un Programa de Cultivo Alternativo en nuestra zona. De ése medio millón nosotros no hemos recibido ni un centavo. Todo se ha quedado en Lima y quizá una pequeña parte en Huamanga ... Ya estamos cansados que las ONGs se enriquezcan con nuestra miseria. Por eso hemos acordado expulsar a las ONGs del valle. ¡Basta ya de ladrones!"

 

2. LAS CAUSAS DE LA VIOLENCIA

 

Con respecto a las razones del surgimiento de Sendero Luminoso (a la etiología de la violencia) se han ensayado numerosas teorías algunas de las cuales resultan altamente discutibles.

 

El sociólogo Rolando Ames Cobián ha dicho, por ejemplo, que la guerra senderista es la resultante de la larga trayectoria de violencia que sufre la sociedad peruana. Según Ames (que forma parte de la Comisión de la Verdad y que fue senador izquierdista en los tiempos de Alan García) el Estado peruano es un Estado violento. El ex senador parece que repite a pie juntillas las tesis de los comunistas cuando señalan que el Estado es el instrumento de dominación de una clase sobre otra. Por tanto, resulta lógico que -en algún momento- surgiera una respuesta con iguales características. Según el Dr. Ames, pervive en el fondo dea historia peruana, una sorda lucha no resuelta entre explotadores y explotados, entre ricos y pobres, entre conquistados y conquistadores. Como se podrá apreciar ésta tesis es hija de la interpretacion marxista de la historia y nieta del Materialismo Dialéctico. Según ella, los pueblos evolucionan mediante negaciones, acumulación de entredichos y lucha de clases.

 

Ames sostiene que nuestra patria es violenta porque los dueños (feudales y capitalistas) de los medios de producción explotan secularmente a las grandes masas ignaras y tiene algo de razón.

 

Otro analista de la orilla política opusta (Hernando de Soto) sostiene que la causa de la violencia es la pobreza de las grandes masas. Y no deja de tener razon en parte. La miseria es un formidable caldo de cultivo para la violencia pero no es el único. Hernando de Soto no podría explicar porqué, en el Perú, existen decenas de pueblos más pobres que el ayacuchano y sin embargo, no han sufrido el baño de sangre que preconiza Abimael Guzman. Y eso se debe a que las razones economicas no son las unicas.

 

Por su parte el conocido médico y ensayista Max Hernández Camarero - inolvidable ex presidente de la Federación Universitaria de San Marcos de la década del 60, ha venido sosteniendo, en entrevistas y ensayos, que la violencia endémica que sufre nuestra patria ha sido causada por el trauma de la conquista española. Según Hernández somos violentos porque sufrimos el vasallaje, la marginación, la explotación y el hambre ya no sólo de nuestros conquistadores sino de sus epígonos ... porque con la república sólo cambiamos de explotadores. Para Hernández resulta igualmente lógico que la dura explotación que sufre nuestro pueblo tuviera que estallar un día en la forma sangrienta en que lo hizo con Sendero Luminoso.

 

Resulta dificil negar la importancia de las explicaciones expuestas. Todos los estudiosos han tenido algo de la verdad en sus manos. Las razones de la violencia en el Perú son históricas, económicas, sociológicas y hasta raciales.  A veces prima alguna de ellas pero generalmente marchan de consumo.

 

Por ejemplo, los jóvenes del IRA irlandés o la ETA vasca de España se movilizan por razones fundamentalmente nacionales. Para ellos no cuenta ni la explotación ni la miseria . Ellos combaten por la independencia de sus pueblos. Lo mismo sucede con las guerrillas de Al Fatah en el oriente medio o los grupos antinorteamericanos y antisoviéticos que combaten en Afganistán, en Irak y en Chechenia. Es probable que estos grupos terroristas hayan incorporado a su programa las reivindicaciones económicas y la segregación racial pero, el objetivo fundamental de su accionar está dirigido a recuperar su patria.

 

Un estudioso boliviano llamado Jaimes Freire (homónimo del gran escrito y autor de la “Castalia Bárbara) ha dado con la raiz del problema al sostener que la verdadera causa del terrorismo se encuentra en la injusticia. Yo avalo con fervor ésta tesis.

 

Si la causa del terrorismo fuese la pobreza, ésta afirmacion podria desbaratarse con la siguiente pregunta: ¿porqué países más pobres que el Perú no han sufrido el fenomeno del terrorismo? .Y me estoy refiriendo a Haití, Venezuela o Guatemala sin contar con la miseria espantosa en la que se encuentra sumida la otrora floreciente Argentina. No hay terrorismo ni en Bolivia, ni Panamá, ni en Paraguay ni en Brasil donde coexisten las condiciones de vida más enconfladas del mundo. Brasil es una economía que alcanza el octavo lugar en el mundo pero, en su seno, fermenta la miseria más espantosa de las “favelas” donde el hambre sólo se compara con Abisinia o Biagra.

 

3. SL Y LA UNIVERSIDAD

 

Abimael Guzmán preparó, con paciencia benedictina, la guerra de Sendero. Existen importantes libros que estudian ésta etapa. Los más sustanciosos siguen siendo los escritos por Gustavo Gorriti y Carlos Iván Degregón (Recientemente se han publicado dos trabajos. Uno pequeño de Carlos Tapia sobre las rondas campesinas y uno muy extenso del coronel Benedicto Jiménez sobre la captura del Presidente Gonzalo). No obstante, merecen atención también dos estimulantes ensayos de los jóvenes doctores Eduardo Dargent y Alberto Vergara. Ambos han realizado plausibles esfuerzos por desentrañar el significado que ha tenido Sendero en nuestra historia y sus posibles consecuencias.

 

El laboratorio donde se preparó la guerra de Sendero fue la Universidad Nacional de Huamanga. Su rector, un profesor de militancia izquierdista, especializado en Historia de la Música atrajo a Ayacucho a un cúmulo de intelectuales inquietos y poetas vanguardistas que constituyeron la primera plana de profesores. Entre ellos llegó a Ayacucho, con liviano equipaje Abimael Guzmán Reynoso. No se ha publicado todavía la cantidad y calidad de los profesores marxistas que fueron contratados por Efraín Morote Best (que así se llamaba el rector de marras). Muchos poetas de ésa época han dado lauros al Perú y convivierón con Abimael Guzmán Reinoso en los años aurorales de Sendero Luminoso. Guzmán enseñaba matemáticas y se había recibido de profesor de Filosofía en la Universidad de San Agustín con una tesis sobre Kant.

 

Comunista a carta cabal, militante fervoroso, retraído y fanático, el joven profesor arequipeño abrigaba una obsesión que se hizo patente en sus visitas a la China de Mao Tse Tung. Allí obtuvo la confirmación de sus tesis. América Latina estaba madura para la revolución comunista. El Perú era el país donde se habían interpretado con exactitud las leyes del Materialismo Histórico y él sería el cabecilla de una revolución, nacional continental y mundial. Los Andes serían el pedestal del nuevo estado. La revolucion peruana colocaría en la cima del poder al Puka inti, al sedicente Presidente Gonzalo, a la Cuarta Espada del Marxismo.

 

Guzman -que es extraordinariamente inteligente y cazurro- aprovechó las veleidades de Morote para ocupar posiciones de mando en la Universidad. Así se hizo nombrar Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Director del Colegio Experimental de la Facultad de Educación “Huamán Poma de Ayala”, y finalmente, Jefe de Personal de la Universidad. Mientras tanto, las agrupaciones de profesores y de alumnos fueron copados por el FER (Frente de Estudiantes Revolucionarios) y por Patria Roja ambas fueron organizaciones antecesoras de la facción divisionista denominada Partido Comunista del Perú por el Sendero Luminoso de Mariátegui). No alcanzó a comprender qué hace allí el pobre en medio de la esquizofrenia revolucionaria que significa Sendero . El hecho es que Guzmán aprovechó duranre 20 años, las facilidades que le dio la Universidad de Huamanga para preparar su guerra milenaría. Y lo hizo con pasmosa fría, al extremo que él mismo dirigió la matanza de Lucanamarca con lo veremos más adelante.

 

4. SENDERO INCENDIA LOS ANDES

 

El 17 de mayo de 1980 fue señalado como el dia de la iniciación de la lucha armada. Ese día, fue atacado el Jurado de Elecciones del olvidado distrito de Chuschi, en la provincia de Cangallo. Desde entonces, hasta ahora se han producido en todo el Perú más de diez mil atentados. La lucha ha sido dura. El coronel Pablo Morán -que ha estudiado con fervor la guerra de Sendero- dice que muchas veces los soldados no sabían contra quien combatir. Sendero estaba en todas partes y en ninguna. El Ejército Peruano se enfrentaba a una que su lucha se vería tan extraordinariamente multiplicada. Surgian movimientos terroristas en todas partes y muchas veces al margen de las disposiciones del Comité Central. La policía abandonaba las comisarías, los soldados se encerraban en sus cuarteles y las autoridades huían cuando un pueblo era atacado. Así sucedió el 22 de agosto de 1982 en Vilcashuamán. Los soldados de Vischongo se negaron a salir no obstante que Vilcas estaba siendo incendiado por Sendero. Exactamente lo mismo había sucedido en Huamanga. El día 2 de marzo de 1982 se produjo el asalto a la Cárcel Central de Ayacucho que tenía por objeto liberar a algunos mandos senderistas entre ellos al valioso Dr. Víctor Matta Mendoza ex director del Hospital de Cangallo y a Edith Lagos. La ciudad fue tomada completamente por Sendero. El Jefe del Cuartel “Los Cabitos” tuvo conocimiento inmediato del asalto pero dispuso que sus soldados no salieran. Más tarde se disculpó diciendo que había recibido la orden directa del Comandante General del Ejército (el gaucho Cisneros) de no salir a combatir a los terroristas por las condiciones de inferioridad en que se encontraba la tropa.

 

Este era el estado de descomposición en que encontraba la lucha anti subversiva en los años del presidente Belaúnde. Es duro decirlo pero, Sendero creció amparado por la pasividad del arquitecto. Los años 80 fueron los mejores años de Sendero. Las masas indígenas, secularmente maltratadas, contemplaban con simpatía la llegada de Sendero a sus comunidades donde predicaba “muerte a los capitalistas”. Los campesinos vieron que los senderistas castigaban a los “ricos”, a los gamonales, a los explotadores. Para ellos, el capitalismo estaba representado por el humilde dueño de la tienda de abarrotes, el comerciante de ovinos o el dueño del destartalado camión que comerciaba entre los pueblos. Los campesinos miraban asombrados la forma como, al comienzo, Sendero castigaba a los abusivos, a los bígamos, a los borrachos y a los partidarios del gobierno. Por eso lo apoyaron, por un tiempo. Más tarde, se dieron cuenta que los terrucos eran igualmente abusivos y mucho más crueles que los “mistis”. Por eso les dieron la espalda. SL se enajénó el apoyo de los campesinos por cuatro razones :1.- Por que SL les prohibió comerciar con otros pueblos y asistir a las ferias, 2.-Por que los castigos eran demasiado crueles y llegaban incluso a la muerte, 3.- Porque Sendero los obligaba a tomar parte en asaltos a pueblos lejanos en calidad de “masa” y los comuneors no querian comprometerse ni enemistarse con las autoridades aunque hubiesen fugado, y 4.- Porque SL les quitaba a sus hijos y los enrolaba en el Ejército Guerrilero Popular.

 

Estas fueron las razones por las que los campesinos comenzaron a rebelarse hasta que constituyeron las Rondas.

 

Jorge Choque Quispe, el valiente comandante “Choque”, organizador de las primeras rondas del valle del Apurimac dice :

 

-En la década del 80 el Ejército no sabía qué hacer porque no podía ubicar al enemigo. La guerra de Sendero fue una guerra inédita. Nunca el ejército había combatido a un enemigo que no presentaba batalla. Los senderistas estaban en todas partes. Eran pequeños grupos que atacaban sorpresivamente en lugares insospechados y luego fugaban. Los soldados traídos de Lima no podían perseguir a los “terrucos” porque no estaban acostumbrados a subir y bajar montañas, con la facilidad de los serranos. Por eso se hizo indispensable la organización de las rondas formadas por los propios campesinos ayacuchanos que habían escapqdo del yugo senderista o se habían negado a colaborar con “el nuevo poder”. Además los mejores soldados-campesinos fueron los que tenían “deudas de sangre” con Sendero. Es decir aquellos a quienes SL les había asesinado a algún familiar.

 

Ya he dicho que la chispa encendida en Chuschi se extendió rápidamente a lo largo de toda la sierra y parte de la selva. Fue el momento en que Sendero decidió trasladar la lucha a Lima. “Si esto no hubiese ocurrido asi quizá otro pudo ser el resultado de la guerra” ha dicho el conocido congresista José Luis Delgado Nuñez del Arco. Lo que no se puede negar es que, en los primeros años, las acciones de Sendero constituyeron una irredenta promesa para el campesinado ayacuchano. El desenvolvimiento de la guerra mató ésta esperanza y desnudó el carácter sanguinario del movimiento así como la esquizofrenia rampante de su conductor.

 

5. NACEN LAS RONDAS CAMPESINAS

 

El año 1988, por ley 24571 propiciada por la Célula Parlamentaria Aprista se oficializaron las Rondas Campesinas. Yo tuve la suerte de fundamenar la ley en la Cámara de Diputados sin saber que, con los años, las organizaciones civiles de lucha antiterrorista se convertirían en el Ejército civil que defendió la democracia peruana.

 

Ya he dicho que Sendero creció con la rapidez de un incendio. Ayacucho soportó durante una década la muerte de sus mejores hijos. SL cometió más de un centenar de magnicidios en las ciudades y desaté orgías de sangre en el campo.

 

El 3 de abril de 1983 se perpetró la masacre de Lucanamarca. Genocidio dirigido por el propio Abimael Guzmán según declaraciones formuladas por él al diario de Marka en la llamada “Entrevista del siglo”. Ochenta campesinos fueron degollados en el pueblo y 35 comuneros en las cercanías de Huancasancos. “Después de Lucanamarca, las autoridades nos tomaron en serio” declaró orondo Abimael Guzmán con las manos aún ensangrentadas. La matanza parecía haber sido cometida por un grupo de delincuentes drogados porque nadie sería capaz de llegar a extremos como los narrados por los sobrevivientes en el Cuartel Cabitos de Huamanga. Por ejemplo, el Teniente gobernador Julio Tito Quispe declaró que su esposa, que estaba con seis meses de gestación; fue asesinada por no revelar el sitio donde se encontraba escondido su esposo que habia salido del pueblo. Los terroristas la colgaron a un árbol y le cortaron el estómago hasta arrancarle el niño, el cual medio vivo, fue entregado a los perros. La rondera Pascuala Palomino Cunti ha declarado “A mí me cortaron el cuello y la oreja. Felizmente no morí pero, antes de desmayarme vi como dos mujeres con blue jeans mataban çíon picos a unos niños que lloraban por sus padres” (Ojalá éstos testimonios hayan sido recogidos por la Comisión de la Verdad).

 

En San José de Secce fueron asesinados 80 campesinos el 20 de mayo de 1983 . El 8 de junio de 1984 fueron degollados 84 campesinos en Ocros, Chilcas y Sacsamarca. El 15 de noviembre del mismo año fueron degollados 51 comuneros de Sachabamba. El 27 de diciembre SL arrasó Quetabamba por negarse a convertirse en “base de apoyo”. El 16 de mayo de 1984 les cortaron las piernas a machetazos a seis colonos de Pampa Aurora cerca del valle del río Apurímac por querer escaparse del valle. El 19 de marzo de 1984 quemaron vivos a 18 campesinos en la comunidad de Cochas y el 23 de febrero de 1985 ocurrió uno de los peores genocidios. Ese día se produjo la masacre de Jano. Allí fueron encerrados, abaleados y luego quemados 31 campesinos por el delito de haber autorizado que sus hijos de organizaran en rondas. Junto con los mayores, cayeron tainbien, ésa trágica tarde, 14 niños y 17 mujeres. Los senderistas atacaron el pueblo aprovechando que la rondas que acababan de constituírse se encontraban persiguiendo a una recua de abigeos . Los ronderos eran que se encontraban bajo el mando de Julio Rojas Rojas, comandante “Aguila” quien persiguió durante dos días a los senderistas alcanzando a dar muerte a cuatro de ellos . El 9 de agosto de 1985 SL atacó el pueblo de Laramate en Lucanas. Allí fueron muertos 11 policías y los subversivos se llevaron a treinta niños que fueron incorporados al Ejército Guerrillero Popular.

 

Ya he dicho que las rondas (tanto en e valle como en la zona altina) comenzaron a formarse antes de la promulgación de la ley 24571. Por eso, ahora (cuando parece consolidada la tartajeante paz en nuestro departamento) yo quisiera hacer públicos, por primera vez, los nombres de los héroes anónimos que desafiando todos los peligros se entregaron a la tarea de organizar el Ejército Civil que venció a Sendero sin ayuda de nadie. Porque debemos saber que en aquellos años nadie creía que “unos cuantos indíecitos” pudiesen lograr lo que no había conseguido el Ejército. No voy a publicar los nombres de los altos jefes militares, que todavía viven y se opusieron a la organización de las rondas y pusieron el grito en el cielo cuando se enteraron que las rondas iban a ser finalmente armadas. Felizmente el presidente García ordenó la entrega de 10 mil fusiles a los rondero del valle y en un gesto, que los ayacuchanos no podremos olvidar nunca, regaló su revolver al comandante Huayhuaco. Los ronderos habían comenzado la lucha sin armas, sin víveres sin que nadie creyera en ellos. Es por eso que me parece, ahora indispensable publicar sus nombres. Ahora cuando el Ejército ha vuelto a tocar las puertas de los viejos ronderos porque Sendero ha reaparecido en el valle. Y los indoblegables soldados - campesinos se han puesto a la orden como buenos patriotas, no obstante que fueron olvidados y abandonados durante diez años. Y creo que es necesario publicar los nombres ahora, porque han aparecido algunos politicastros que quieren pescar a río revuelto diciendo que son ellos los fundadores de las rondas.

 

Quiza me falte alguno pero los fundadores de las en rondas tanto en el valle como en Vinchos (en la zona altina de Huamanga) han sido los siguientes:

Antonio cárdenas Torres, comandante “Harry” de Palmapampa jefe del extenso valle del río Apurimac, creador de la DECAS.

Alberto Zamora Pérez comandante “Zambrano” muerto en una emboscada en Canayte. Era un predicador pentecostal que marchaba a la guerra llevando en una mano la Biblia y en la otra el fusil. Pastor decía que “para conquistar el cielo había, primero, que eliminar a los demonios”.

Ricardo Astoray Yupanqui comandante Christofer que en un ataque a su pueblo, en Tetemina tomó presos a dos senderistas que fueron entregados al Juez Penal de Primera Instancia de Huamanga. A los dos meses, los senderistas salieron en libertad y volvieron con nuevos bríos a atacar el pueblo de Christofer. Pero el jefe rondero los estaba esperando. Despúes de una larga balacera Christofer mató a dos atacantes que resultaron ser los recién liberados. Christofer entonces, colocó los cadáveres sobre un burro y con su carga macabra marchó hasta la puerta del tembloroso juez de la época donde depositó su carga diciendo :“yo te los traje hace dos meses. Ahora han vuelto ani pueblo. Aquí te los devuelvo para que los entierres”.

 

Corpus Llactahuamán Quicaño, comandante “Quico”. Héroe de varios enfrentamientos.

Jorge Choque Quispe, comandante “Choque” que fue por muchos años, lugarteniente de Harry.

Guillermo Fores Jorge, comandante “Espartaco” comenzó la lucha cuando tenía 14 años. Ha sobrevivido a 40 enfrentamientos. Actualmemnte es concejal de su distrito Vinchos.

Mauro Canales Arango, comandante “Sombra” que es una leyenda por su bravura.

Javier Rivera Terres, comandante “Huayhuaco” uno de los primeros fundadores de Rinconada sobre el rio Apurimac.

Fermín Quintanilla, comandante “Uchu” tercer hombre de las decas del valle Humberto Vargas Pariona, comandante “Rocoto” del río Ene.

Julio Roy Ponce, comandante “Defensor” que fue ametrallado y crucificado en La Misión de Cutivirene por arriar la bandera que los senderístas habían colgado sobre la iglesia. En plena agonía el cuerpo de Roy fue desollado.

Francisco Yupanqui Jorge, comandante “Veneno” de Acos.

Eulogio Salvatierra, comandante “Ccori” de Alpachaca.

Feliciano Quispe López, comandante “Chancho” de Ccoñani.

Jorge Misaraimi Condori, comandante “Halcón” de Churia.

Delio Cárdenas Morales, comandante “Tigre” de Quinua.

Alcides Barrientos Maldonado, comandante “Cacharro” del valle que desde hace diez años permanece arrumado en una choza en Pichuiwillca después que una granada de los senderistas alcanzó a volarle una pierna. “Cacharro” se ha negado a recibir ayuda del gobierno porque dice que “nada le deben quienes ni siquiera le dieron las gracias por haber vencido a SL en más treinta enfrentamientos”.

Tarsila Rojas Llactahuamán, la comandante “Tarsila” de Ticllas que después de comandar victoriosamente a las rondas de su pueblo ha sido elegida alcaldesa de su pueblo.

 

También merecen mencíón por su valiente actitud a través de los años muchos jóvenes lugartenientes cuyos nombres son los siguientes:

Gregorio López Rosas, “Crac” de Chollota ; Gregorio Tacas Yupanqui “Cuto” de

Paecha; Oscar Oré Quispe “Tigre” de Vinchos; Marcial Yupanqui Parado, “Puma” de Putaja; Crisóstomo Pariona “Aguila Dos” de Putaja; Juan rango Róios de Totorobamba; Esteban Quispe Campos “Centurión” de Pacaycasa : Walter Aguilar Ñito “Tiburón” de Quimbiri; Pedro Rivera, “Toro” de San Francisco; Juan Coras “Taburete” de San Francisco; Teófilo Llallas Cisneros “Noventa” de Sachabamba y Hermenegildo Gamboa Gutierrez “Lince” de Vilcashuamán.

 

6. HOMENAJE A LOS SOLDADOS

 

Creo que junto con éstos héroes civiles debe mencionarse tambien a un grupo selecto de estupendos oficiales de la Marina y del Ejército que lucharon bravamente en Ayacucho. Yo no conozco sus nombres. Ellos nunca se dieron a conocer por razones de seguridad. Solamente conozco sus “chapas”,sus remoquetes, los apodos con los que el pueblo los conoció. Pero ellos deben saber que el pueblo ayacuchano no olvidará nunca ésos sobrenombres. Y los recordará siempre porque fueron ellos los que les enseñaron a los primeros ronderos a disparar, les enseñaron a fabricar bombas con latas de leche y alambre, les enseñaron a emboscar a sus enemigos, les enseñaron los primeros golpes del kárate, les enseñaron que siempre hay que tener preparado un plan de fuga, les enseñaron el ABC de la estrategia militar y sobre todo les enseñaron a ser orgullosos de su raza y de su tierra, les insuflaron autoestima y les dieron la seguridad de que ellos podían triunfar sobre Sendero y triunfaron.

 

Antes de enumerar a los oficiales que están vivos quisiera primero, rendir homenaje a los mártires. A quienés dejaron su vida en Ayacucho. Yó sé que hay muchos otros que han muerto en otras regiones del país. Pero yo sólo conozco a los que derramaron su sangre en mi tierra. Ellos son:

 

Teniente Juan Davelín muerto en una emboscada en el puente que lleva su nombre en la frontera entre los ríos Pampas y Mántaro.Teniente Jaime Roca, en cuyo homenaje los ronderos del valle, le han puesto su nombre a un pueblo que ahora se llama Puerto Roca. Teniente Antezana que resultó gravemente herido después de enfrentarse sólo contra una banda de terroristas que había ingresado a la alcaldía de Churcampa. El capitán Itavic que tuvo a su cargo el adiestramiento de los primeros ronderos de Vínchos. Los pueblos altinos lo consideran un héroe. El capitán Hipólito, El capitán Atoc, El Capitán Liebre, el Capitán Tello, el Mayor Frío, el Mayor Diablo, el mayor Belmont, el mayor Santander, el mayor Turco y muchos otros héroes anónimos de la lucha campesina y popular contra SL para reconquistar la paz.

 

CONCLUSIÓN

Creo que el Perú le debe al Ejercito peruano un agradecimiento fervoroso. Los peruanos somos ingratos por antonomasia. Yo aspiro a que muchos de los combatientes que se jugaron la vida en Ayacucho y que ya se encuentran en el retiro, lean estas líneas con nostalgia y sepan que en mi tierra reconocemos su entrega, su coraje, su valor personal; y que los recordamos con agradecimiento. Pero aunque la ingratitud los acose; sabemos que en el recio corazón del soldado, a donde nunca se apaga la llama del patriotismo, continuará viva la satisfacción del deber cumplido. No quisiera terminar este ensayo sin recordar una vieja canción ayacuchana que dice en quechua: “el agradecimiento es una flor que nunca muere”.


(*) Alberto Valencia Cárdenas (Lima 1927-2005). Poeta y luchador social de la izquierda democratica peruana. Se unió a las filas del partido aprista peruana el año 1945 sufriendo destierro en Chile entre 1949 y 1956 a donde se forjó y fue premiado como periodista al lado del fundador número dos del APRA, Manuel Seoane Corrales, su mentor. De vuelta en Lima actuó como dirigente y formador de cuadros apristas en la UNMSM. Fue nombrado director de “La Tribuna” por Haya de la Torre en 1962. Abogado penal entre 1972 y 1985, año en el que resultó elegido diputado por el departamento de Ayacucho para los periodos: 1985 -1990 y 1990-1992. Presidente de la Comision de Pacificación de la Camara de Diputados entre 1992 y el 3 de abril de 1993. Autor de “Los crímenes de Sendero Luminoso en Ayacucho” y de la novela Mariano Exaltación Chilje.