Vértigo de Marco Martos:
Poesía esencial
En la juventud los poetas
debemos dejar rastros de la batalla vital y personal en nuestros versos; sin
embargo, en la madurez nuestra mirada ha cambiado y son las batallas de la
humanidad las que nos buscan, como a dianas para expresar a través de nosotros
enseñanzas universales. Vértigo de Marco Martos es un libro de poesía esencial
y de poesía total. Es la pureza hecha palabra: el espíritu hecho verso. Sin
interpretes; sin adornos. Como admiradora de André Martinet y de su principio
de economía lingüística sostengo que este concepto, por analogía, puede también
aplicarse a la poesía. La idea es que menos, es más. Mientras menos palabras utilicemos
para expresar un pensamiento o una imagen; más eficientes seremos como
comunicadores y también más poderosos como poetas. Los poemas no necesitan ser
largos; salvo que se trate de un canto o de una oda histórica. Hay pureza y
sobriedad en la economía de palabras. En el caso de Vértigo, cada carilla nos
presenta un nuevo tema y un nuevo poema que Nadia Podleskis ha traducido
impecablemente al francés y al portugués. En esa dirección, la maestría, la
finura, el arte, la belleza y el equilibrio perfecto con el cual el poeta ha
compuesto los poemas de la presente entrega constituyen una lección magistral para
todo aquel que crea haber sentido en su interior el imperativo de hacer poesía
y pretenda hacer poesía de la buena. Es el hecho que cada uno de los poemas sea
una pequeña obra de arte; lo que hace de este libro una auténtica joya poética de
las letras castellanas. Y así tenemos poemas para la posteridad como este que
define en nueve versos lo que es la poesía:
Vienes como el mar
inundando todos los rincones,
como la espuma que
blanquea mis noches ilustradas,
irrumpes como el sol en
las mañanas,
como el fuego del
mediodía en las arenas candentes,
como el poderoso rayo de
la luna en las tibias madrugadas,
como el murmullo de las
olas en las noches serenas,
como la verdad misma con
su manto de estrellas,
como la nube que asemeja
al algodón
y haciendo un espiral me
dicta lo que cantas (p. 141)
O bien este otro que
define en palabras poéticas lo que es la pureza en el transcurso de una vida:
De la pureza salimos
y a ella volvemos
después de andar por el
mundo.
Danzan todos los objetos,
las personas
y los elementos naturales.
Dejamos que las furias
hablen
y se callen,
que los torrentes pasen
y se adelgacen.
Buscamos más lejos,
… (p. 77)
Es imposible distraernos siquiera
un segundo sin antes terminar de leer el libro entero que nos captura de inicio
a fin con poemas que tocan temas humanos y temas trascendentales, sugiriendo dentro
de un compás perfecto, de ritmo y de rima libre, reflexiones filosóficas. La
pureza del lenguaje unida a la ternura y delicadeza con la cual han sido
elegidos los términos que componen los poemas nos hablan de la nobleza y
calidad moral del autor. Ciudadano peruano ejemplar que engalana y honra a su
patria con esta obra, así como con todos sus anteriores trabajos literarios.
Para terminar, nos
atrevemos a decir que si un poema puede ser traducido a otras lenguas sin mayores
dificultades semánticas ni sufrir demasiados cambios sintácticos es porque se
trata de un poema bien equilibrado y trabajado a la perfección por su autor.
Dejaremos en manos de los expertos lingüísticos el análisis de este fenómeno particular.
Marco Martos se ha convertido así en una poeta universal, como ocurriera también
con poetas similares como Rumi o Khalil Gibran. Poetas místicos cuya poesía que
podría ser traducida a cualquier otra lengua sin perder su esencia ni dejar de
trasmitir, en palabras del propio autor: “la relación del ser humano con la
naturaleza, de la que nace, en la que vive y a la que al mismo tiempo
contempla, y la dificultad del lenguaje para decir algo sustancial, profundo y
verdadero”.